¿Un segundo vestido? Sí. El mío, en De Arroyo atelier.

Lo he contado en alguna otra ocasión, pero me reitero. Siempre había tenido claro que, para mi boda, quería un segundo vestido.

Uno que me permitiera estar cómoda y disfrutar del baile hasta el final. Pero con el que también sentirme yo, que reflejara mi estilo y personalidad. Y con el que me viera favorecida, algo que todas (novias e invitadas) buscamos siempre.

Para este segundo vestido me entrevisté con varias personas. Hasta que di con Mariló de De Arroyo atelier. Hubo feeling y supo captar desde el primer momento lo que estaba buscando. Y después, por supuesto, materializarlo.

Y es que su experiencia no solo en diseño, sino también en arquitectura, hacen que con solo ver tu cuerpo una vez sea capaz de imaginar y crear la idea de la pieza en su cabeza. Y también aquella que más se adapta y encaja con tu cuerpo, ya que desde el primer momento “sabe leer” tu talle, cómo es tu busto, qué le puede favorecer más, qué hay que potenciar…

¡Por lo que tuve claro que sería ella, junto a Petra, quienes lo confeccionarían a medida! Y no solo el mío, sino que cuando hablé de ellas a mi madre, supo que también quería hacerse el suyo allí.

Mamá, ¡no podíamos haber elegido mejor! ¡Qué contenta estoy de que te vistieran a ti también y de disfrutar de todo el proceso juntas a la vez! Estabas radiante con ese imponente diseño en verde grisáceo con capa y botones joya.

Una propuesta muy favorecedora, elegante y sofisticada ¡Maravillosa!

Mi segundo vestido

Sabía que quería un vestido en crepé (es mi tejido favorito) y para la parte superior tenía pensado otro corte, pero Mariló me propuso la idea del asimétrico y me encantó, así que así lo hicimos. Soy una persona bastante segura, y me fio del criterio de los profesionales, que son los que entienden. También buscaba un corte recto.

La idea de la abertura lateral y de la capa que nace del hombro también son de Mariló y cuando me las planteó, me gustaron mucho, así que fuimos adelante.

Ya en la segunda cita con ella me mostró el boceto con el diseño y decidimos la tela exacta (ya que dentro del crepé existen muchas variedades). Y, poco a poco, a lo largo de los meses se sucedieron mis visitas a su atelier, con la prueba de la toile, las pruebas de tejido, las finales, etc.

El vestido lo habéis podido ver como avance en algún post anterior, y en Instagram, pero quería esperar a tener todo el material gráfico por parte de la fotógrafa (Marina Palacios) para subir este post con las fotos del vestido. ¡Porque en este caso, una imagen vale más que mil palabras!

El resultado es este vestido asimétrico en crepé, de corte recto, ajustado, con abertura lateral y abotonadura, que contaba con una capa desmontable, en forma de lazada, que nacía del tirante.

¡No me podía gustar más!

La verdad es que tener dos vestidos es una gozada. Disfruté mucho del proceso del cambio además (con mi madre, hermana y primas) Y de ese momento de sorpresa a mí ya marido e invitados. También durante el baile.

Así que muchas gracias, Mariló y Petra, por haberlo hecho posible, por haber creado el vestido de mis sueños. Desde estas líneas no puedo más que recomendaros su atelier, en el que os sentiréis como en casa desde el primer momento. También su talento, entrega y trabajo, avalado por tantos años de experiencia.

Así que si eres novia o invitada no dudes en contactar con ellas. Estoy segura que te encantará la experiencia de crear a medida tu vestido deseado. Tanto si eres de Madrid como sí no, su creatividad, talento, ingenio y sus manos crearán esa pieza especial de novia, madrina o invitada.

Os esperan en la calle de Alcalá, 119.

Os dejo más fotos de su fabulosa creación.

Fotos: Marina Palacios

¿Qué os parece el resultado?

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