Mesero

Capítulo X: La importancia de saber adaptarse

El aplazamiento de bodas por el Covid ha hecho que las parejas tengan que enfrentarse a cambios y modificaciones a la hora de celebrar su gran día. Nuevos escenarios a los que han tenido que adaptarse.

Bodas que iban a celebrarse durante los meses de verano y que pasan al próximo invierno. O al revés. Bodas que iban a ser masivas y que pasan a tener un aforo más reducido. Bodas que han tenido que cambiar de espacio ¡e incluso de ciudad!

Hoy hacemos un repaso por estos y otros supuestos. Queremos que nos digáis si estáis en alguna de estas situaciones y cómo vais a gestionarlo. ¡Os leemos en comentarios! Estoy segura que a muchas parejas les resultará de interés no solo leer este post, sino sobre todo, vuestros testimonios y vivencias.

Bodas que iban a celebrarse en verano y que pasan a invierno

En cuanto al look…

Los hombres lo tienen más sencillo, ya que un traje de novio es más versátil y atemporal, por lo que no hay grandes cambios en función de la estación.

Vamos con ellas: si tu vestido de novia estaba pensado para las cálidas temperaturas del periodo estival, no te preocupes. Siempre puedes adaptarlo a la nueva temporada incorporando, por ejemplo, una capa, una estola de pelo o una chaqueta, con lo que le darás un aire más sofisticado.

Otra de las tendencias de moda sería optar por un abrigo sobre el vestido. Raso, algodón, tweed, satén… hay infinidad de tejidos apropiados para esta estación. Así podrás estar calentita durante la ceremonia y en las fotos de exteriores, y quitártelo durante el resto de celebración. Además tendrás dos looks diferentes, dando mayor variedad a tu reportaje fotográfico.  

Por el calzado, no te preocupes. Aunque sea invierno no tienes por qué renunciar a las sandalias de tiras tan espectaculares que habías elegido. No obstante, si no te convence, puedes decantarte por algún modelo de zapato cerrado. ¡Los de terciopelo son una apuesta segura! Si eres atrevida, siempre podrás dar un toque de color con ellos y combinarlos con la cinta de tu ramo.

En las bodas de invierno, muchas novias apuestan por insertar tonos como el burdeos o sangre de toro en algunos elementos o en sus uñas y labios. Aportan mucha luz en las fotos y dan una imagen rompedora y con mucha fuerza. Si tienes carácter y personalidad, es una gran idea. Pero siempre y cuando sean colores que utilices en tu día a día. ¡No es momento de arriesgar!

Si eres de las que quería verse morena vestida blanco, no desesperes. No tienes por qué renunciar. Hoy en día, existen otras alternativas como autobronceadores o rayos para verte como deseas en cualquier época del año. Al fin y al cabo, aunque esto no deja de ser algo accesorio, que no es fundamental, muchas de vosotras os queréis ver así.

Sobre el espacio

Tu sueño siempre había sido casarte al aire libre. Por eso elegisteis una boda de verano. Lo cierto es que hoy en día, por el cambio climático, no está garantizado y podemos encontrarnos un día estival en febrero y una ola de frío en pleno agosto. 

Aunque te cases en meses de invierno no tienes por qué que renunciar a hacer en exteriores alguna de sus partes, como la ceremonia o el cóctel. Puedes plantear al espacio la posibilidad de instalar una carpa abierta con estufas. De este modo, tendrás la sensación de amplitud que buscabas y el poder estar en un espacio abierto, sin que tus invitados pasen frío. 

Lo que si recomendamos es que si te casas entre enero y abril, elijas bodas de mañana, en las que tendrás más horas de luz para hacer fotos y también más tiempo para poder disfrutar de tus invitados.

Bodas masivas que se ven reducidas

Muchas de las bodas que se iban a celebrar superaban los 200 invitados. Pero, dada la actual situación, en la que las aglomeraciones de personas aumentan el riesgo de contagio, muchos novios han tenido que reducir notablemente el listado. Solo familiares y amigos íntimos.

Pero contar con menos gente no implica que la boda deje de ser lo divertida que imaginabas. Todo lo contrario. Va a ser más especial y única si cabe, ya que “son todos los que están y están todos los que son”.

Muchas veces, los novios que ya se han casado nos dicen que ese día se les pasa super rápido, apenas sin darse cuenta. También comentan que muchas veces no pueden disfrutar como les gustaría de estar con todo el mundo. Con esta nueva modalidad de bodas más reducidas, tendrás más tiempo para dedicar a cada grupo.

Bodas que cambian de ubicación

Las circunstancias propias de cada pareja y sus vivencias personales en esta pandemia han propiciado que muchos de ellos tengan que cambiar de ubicación para su enlace. Bien de espacio e incluso de ciudad.  

Algunos no han tenido facilidades para que su finca u hotel les diera un plan B y han tenido que acudir a un proveedor distinto. Otros en cambio iban a celebrar su boda lejos de su lugar de origen y finalmente han optado por hacerla en su localidad.

Porque no importa el lugar, solo la persona a la que estás dando el sí

Pero si hay algo en lo que todos coinciden es que no importa el lugar, sino la persona a la que estás dando el sí y los momentos con aquellos que os acompañan ese día.

No tienes que ver este cambio de ubicación como un trastorno. Plantéatelo como una nueva oportunidad para crear de cero tu gran día. Tienes de nuevo ante ti un lienzo en blanco que poder colorear.

Lo más importante es que intentes no establecer comparativas entre lo que pudo ser y no fue y esta nueva boda. Porque tenemos que mirar hacia el futuro y no quedarnos anclados en cómo hubiera sido.

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