Aunque a lo mejor en este contexto, no os resulte acertado hablar de ventajas, si creo que existen algunos puntos positivos acerca de haber aplazado la boda. Y es que, aunque parezca imposible y creáis que quiero pecar de positiva para auto consolarme (que también), lo cierto es que analizándolo, he llegado a la conclusión de que de todo lo malo, conviene sacar la parte buena.
Y en esto, como en todo, también las hay. ¡Recordémoslas! A veces, es necesario:
- Despedidas y viajes de novios, suspendidos o replanteados. La imposibilidad de viajar durante los meses de confinamiento hizo que muchos grupos de amigos y amigas tuvieran que cancelar las despedidas y sorpresas que tenían previstas para los novios. Considero que estos momentos son muy especiales y hay que vivirlos. Quedan para siempre en el recuerdo y conviene no renunciar a ellos porque forman parte del “ritual” de una boda. Lo mismo ocurre con la luna de miel. Muchas parejas que se han casado este año han tenido que suspenderla o replantearse otro destino, dejando de lado el viaje de sus sueños. Resulta evidente que en 2021 también tendremos limitaciones, pero por el momento, podemos seguir imaginando y probablemente la situación haya mejorado.
- Estar prometido más tiempo. Las personas que ya se han casado siempre dicen lo rápido que se les pasa la etapa de estar prometidos y que suele ser uno de los mejores años de su vida. Crear de cero el evento, soñar con el “día D”, viajar con amigos, quedar con todos ellos para darles la invitación en persona… planes de los que este año (esperemos) podrás disfrutar por segunda vez.
- El Covid-19 nos hacía renunciar a mucho. La situación actual exige una toma de medidas (como el mantenimiento de la distancia social o la ausencia de baile, entre otras) que nos impiden vivir al máximo de lo que habíamos imaginado para nuestro día. Pero no solo en la boda, sino también durante los preparativos. ¡Cuántas reuniones aplazadas, cuantas decisiones improvisadas, cuántas citas canceladas! Y este es un proceso que está para disfrutarlo, no para verlo como un problema o trastorno. Por ello, creo que lo mejor era aplazar. ¡Esperemos que en 2021 hayan mejores condiciones para la celebración!
- Poder darte algún capricho más. Al tener un año más de margen, pueden entrar en tus planes cosas que antes, por falta de tiempo o presupuesto, no te planteabas. ¡Porque es el momento de tenerlas en cuenta! ¡Porque si hay un año que nos las hemos ganado ha sido este! Por todo lo vivido, por nuestra paciencia infinita, nuestra capacidad de lucha… ¡date ese capricho!
- Cambio de mentalidad post Covid-19. Tardaremos mucho tiempo en recuperar la normalidad a todos los niveles y también en las bodas. Pasarán muchos años hasta restaurar todo como antes lo conocíamos. Y es que esta situación ha provocado un cambio de paradigma importante en este sector. Si antes se valoraba la personalización y la importancia de los detalles, a partir de ahora, se hará mucho más. ¡Es momento de valorar, agradecer y emocionar más que nunca!
- Valoramos más lo realmente importante. Con lo que hemos vivido, valoramos mucho más todo. Siempre supimos que la salud, el amor y la familia eran lo primero, pero ahora somos mucho más conscientes de ello en general. Porque si la boda no es de una forma, será de otra. Pero lo importante son las personas que forman parte de nuestra vida, que son los imprescindibles de la boda.
- Si iba a ser una boda deseada, ahora lo va a ser mucho más. ¡La habéis hecho desear! Tu familia y amigos están como locos porque llegue la boda. Piensa que no solo van a estar un año esperándola ¡sino dos! Y es que si ya de por sí para ellos era “la boda del año”, imagínate ahora. Quedará para siempre en el recuerdo y en la memoria de todos.
- Anécdota para vuestros descendientes. La guerra contra la pandemia por el coronavirus de 2020 hizo que tuviéramos que suspender nuestra boda. Teníamos todo preparado pero finalmente tuvimos que aplazarla. La situación era muy complicada, pero teníamos miedo por nuestras familias, no queríamos arriesgarnos. Estas son algunas de las frases que les diremos a nuestros hijos y nietos el día de mañana. Cada generación vive unos hechos y a nosotros, tristemente, nos han tocado estos.
¿Cómo se lo contarás a los tuyos?
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