Cuando empezamos a pensar en nuestra #BodaDeseada uno de los aspectos que más claro teníamos es que queríamos que fuera una boda de tarde-noche. Siempre nos habían gustado más. Sobre todo, en verano.
Pero es cierto que el Covid y las limitaciones impuestas sobre toque de queda han hecho que la mayoría de novios recurran a las de mañana, para tener más tiempo en el que poder disfrutar de la jornada.
En cualquier caso, es una decisión muy personal, en la que intervienen muchos aspectos a tener en cuenta. Por eso, hoy quiero hacer un repaso por los pros y contras de cada tipo de modalidad.
Y es que no hay reglas exactas. Todo va por gustos, intereses y necesidades de los novios y cómo quieran vivir su gran día.
Bodas de día
Idóneas sobre todo en las celebraciones en otoño e invierno, ya que tendremos más horas de luz disponibles para vivir el día y para realizar sin prisa nuestro reportaje fotográfico.
Un plan perfecto para esta mañana podría ser levantarte tranquila, desayunar en familia, darte un baño relajante con sales, que te maquillen con música… Un plus extra para ir perfecta al altar.
Nuestras invitadas podrán lucir looks más originales y atrevidos, al tener frente a ellas un gran abanico de opciones en tocados, pamelas, entre otros.
Podemos disfrutar no solo del almuerzo con los invitados, sino que por lo general, también les agasajaremos con una cena, por lo que se duplica la celebración gastronómica con ellos.
En las bodas de día, tendremos menos tiempo libre la mañana de la boda para prepararnos, ultimar detalles e incluso para disfrutar de ese ritual previo al enlace con los nuestros. ¡Toca madrugar más, en todos los sentidos!
La fiesta puede alargarse no solo durante el día, sino también de madrugada, por lo que los que sean más fiesteros, verán en este tipo de boda su aliado perfecto para una larga jornada de baile y diversión.
Bodas de tarde- noche
Resultan fantásticas, sobre todo, en primavera y verano, ya que tenemos más horas de luz, por lo que podemos casarnos de tarde y tener todavía mucho tiempo por delante de claridad para hacer el book nupcial.
No hay que madrugar tanto, por lo que disponemos de más tiempo de prepararnos tranquilamente con nuestra familia, recrearnos más en tema preparativos, fotos… ya que no vamos tan pillados de tiempo en general.
Nuestras invitadas podrán ir vestidas de largo, un aspecto atractivo que muchas de ellas valoran, ya que por lo general, las bodas, son las principales ocasiones para lucir vestidazos de fiesta. ¡Y esto suele gustarlas mucho y hacerlas especial ilusión!
Muchos novios que acuden a esta modalidad lo hacen porque prefieren disfrutar de la fiesta de noche y alargar la boda hasta altas horas de la madrugada, ya que por lo general, las bodas de día, finalizan antes.
Este tipo de celebraciones suelen finalizar con una “recena” cuando la fiesta acaba para dar por terminada la boda.
Como os comentaba antes, nosotros tuvimos claro desde el principio que íbamos a optar por la segunda opción. Además, al ser agosto, evitamos el calor extremo de las horas de la mañana.
Queremos leerte, ¿qué tipo de celebración prefieres, cuál va más con vosotros?
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