El auge que han experimentado los documentales en los últimos años resulta claro. Especialmente ha tomado forma en los últimos meses, gracias a plataformas como Amazon, HBO y Netflix, que han recurrido a personalidades relevantes, tanto a nivel nacional (Georgina, Tamara Falcó, Dulceida, Omar Montes María G de Jaime y Tomás Páramo, entre otros) como Internacional (con los personajes de la mítica serie Friends, Jennifer López, etc.)
Pero, ¿qué os parecería ser vosotros los protagonistas de vuestro propio documental? ¿y hacerlo en vuestra boda? ¿cómo veis que vuestros familiares y amigos sean vuestros “compañeros de reparto” en este documental, que quedará para vuestro recuerdo siempre?
Y es que desde Una Boda Deseada siempre buscamos dar un paso más y ser referente de nuevas tendencias. Por lo que hoy os queremos acercar un formato, que está empezando a sonar, pero que aún no está extendido del todo de manera masiva, pero que va a dar que hablar en los próximos años. Por lo que, si queréis una boda a la última, original, y con un guiño al mundo audiovisual y un punto innovador, tomad nota.
Estoy segura que os encantará, sobre todo, si sois una pareja a la que le gusta especialmente este universo y género, el del documental.
Vayamos primero a presentar un poco más en detalle en qué consiste, aunque todos los sabréis: se trata de una producción que trata temas de interés científico, social, cultural, etc., mediante hechos, situaciones y personajes tomados de la realidad y cuya finalidad es informativa o pedagógica.
En este caso, la trama sería vuestra relación y la boda en sí, los hechos la celebración, los personajes son reales y sois vosotros mismos y los vuestros y la finalidad es que esa pieza permanezca para siempre con vosotros, como testimonio de vuestra historia y enlace. Podéis hablar de cómo os conocisteis, de cómo ha ido vuestra relación a lo largo de los años, cómo te pidió matrimonio, cómo estáis el día de la boda, qué está sucediendo ese día, etc.
Se puede grabar previo o post boda, o incluso ese mismo día. Personalmente, preferimos los que se graban el mismo día de la boda, ya que pueden aparecer la mayoría de vuestros invitados y la operativa resulta más sencilla. Además, así vais todos ataviados con vuestras mejores galas, que es como a la gente le gusta verse.
Se puede instalar un set de grabación en una de las esquinas de la finca o espacio de la boda para no estorbar en exceso, y que todos vayáis pasando por él para decir algo a cámara. Lo recomendable es que sea emotivo y divertido a partes iguales. La idea es que los invitados estén previamente informados de esto, para que sepan que pueden acercarse y participar.
Y es que una de las tendencias de la temporada, sobre todo, para bodas con un presupuesto alto, ya que es algo que se suma al tradicional reportaje de fotos y vídeo, por lo que el importe se encarece en este sentido, ya que es un elemento más.
Si queréis reducir costes, podéis prescindir del vídeo en formato “normal” y optar directamente por la grabación de vídeo en este otro formato de documental.
Además, se precisa un equipo propio, profesionales que graban con equipos de cine, sin dirigir a los novios, buscando la cercanía, naturalidad y espontaneidad. ¡Y esto hay que pagarlo!
Una tendencia que antes estaba reservada para celebrities y famosos pero que se va democratizando y tomando forma para todo tipo de público, aunque es cierto que todavía es un servicio caro, que no termina de estar al alcance de todo el mundo.
El objetivo es conservar los mejores recuerdos de ese día, de una forma bonita, que perdure en el recuerdo, y con un formato original, tendencia del momento. ¿Qué os parece? Os leemos.