La mayoría de parejas (sobre todo, las novias) experimentan una gran sensación de pena y tristeza cuando ya ha pasado su boda.
Para algunas se da días después, para otras semanas. Y para otras, incluso, meses después. No hay una norma escrita. El tiempo depende de muchos factores: de la personalidad de la novia, de cuando se fueron y llegaron de la luna de miel, ya que esto influye mucho también, y de otros factores.
Pero la sensación es la misma: sienten que ya ha pasado todo. Se quedan como vacías.
Han invertido mucho tiempo, esfuerzo y recursos en la preparación de su gran día para que todo fuera perfecto, y ven cómo todo ha pasado super rápido. Se han quedado sin esa tarea que llevaban meses, incluso años (las novias del Covid) organizando y que tanto las motivaba e ilusionaba.
Además han sido tan felices con los previos, y sobre todo, el día de la boda que sienten que no va a haber nunca más ninguna jornada tan especial y única como la que ya han vivido.
Se han quedado sin esas citas con proveedores que tanto las gustaban y en las que se sentían únicas y especiales, sin esos momentos de búsqueda de sorpresas para los invitados, sin esos momentos de soñar en pareja con el gran día…
Y, sobre todo, las novias que tuvimos que aplazar nuestro enlace, ya que muchas de nosotras hemos estado 2 años detrás de la boda. Es mucho tiempo centradas en un tema, por lo que, cuando pasa, te sientes incompleta. Estoy segura que muchas me entenderéis.
Y, además, esto parece ser un tema tabú.
A todas las novias se nos dice de lo rápido que va a pasar ese día, se nos aconseja disfrutar, se nos enseñan muchas cosas sobre organización, consejos sobre el look, la decoración… pero nadie nos habla de esto, de esta sensación de pena y de vacío post boda.
Y eso que, como os digo, no es algo aislado, sino que es más común de lo que pensamos. Estoy segura que muchas de las que estáis leyendo esto lo habéis sufrido o, las que no estáis casadas todavía, lo sufriréis.
Una sensación que no se calma recordando lo felices que fuimos ese día y lo bien que lo pasamos. Una sensación que no pasa por mucho que hablemos con familiares y amigos para preguntarles en bucle por nuestra boda. Una sensación que no merma por mucho que veamos las fotos y el vídeo.
Y yo me incluyo.
Me casé el pasado mes de agosto (hace tres meses) y desde que volví de la luna de miel me ha invadido una sensación difícil de explicar. Es una mezcla de sentimientos y emociones, que hacen que cuando ves las fotos y vídeos te invada una profunda felicidad, pero a la vez sientas una enorme sensación de vacío y tristeza.
Por un lado, sientes una inmensa alegría de haber podido celebrar así la boda y de lo maravilloso que fue todo. La volvería a hacer así, a repetir todo siempre de la misma forma. Fue único y especial, un día mágico.
Y, por otro, mucha pena de lo rápido que ha pasado todo, de que ya no voy a poder volver a preparar ni organizar nunca más nuestro día. Porque simplemente ya ha pasado. Y no volverá a pasar nunca más.
Creo que en la era del poder hablar de todo con naturalidad, todavía hay temas y debates que no están del todo demasiado extendidos.
Y es que en el sector nupcial, en los blogs, en los medios de comunicación oímos hablar de ideas de inspiración, tendencias, consejos y tips…pero no se habla de este tipo de sentimientos y emociones. Y creo que es muy sano y necesario compartirlo, ya que con nuestro testimonio podemos hacer ver que estamos pasando muchas por lo mismo.
Por eso hoy he querido abrirme y acercarme aún más a vosotras con este tema. Para deciros que es lícito sentirnos así, que todas estamos pasando por ello, que es un sentimiento lógico y normal, muy extendido. Y que, como todo en la vida, terminará pasando.
Unas tardarán más y otras menos. Pero volveremos a ilusionarnos con otros proyectos de vida (trabajo, proyectos personales…), podremos ayudar a familiares y amigos cercanos para la organización de su gran día. Sabemos que no es lo mismo, pero todo ayuda, y seguro que nos involucramos y lo vivimos con intensidad.
Hagamos un poco de coaching emocional por aquí, que es muy sano y nos va a venir genial a todas. Contadnos, ¿habéis experimentado esta sensación post boda?